Lo que otros dicen sobre Sargam

Maitri Ugalde

“La Pintura de Sargam es una creación cocinada a fuego lento, con mimo, con disfrute, es una experiencia que refleja momentos de su vida, en los que el propio cuadro sirve como motivo de viaje así como de reflejo del camino recorrido.

Es una pintura sensual, que late, que enciende, y también refresca. Un mismo cuadro, incluso después de concluido, cambia, madura. Toma SOLera como los buenos vinos, cuerpo, sentido y esto es un hecho que va más allá de la mirada externa: sucede por desde dónde se hizo lo que se hizo.

En el inicio está la palabra, la invocación, la pregunta. Las manchas, los trazos, los materiales que componen el cuadro, son la vía. Y el motor que lo teje, lo anuda, lo expande, lo gira, lo hace saltar o asentarse es el deseo. Quien mueve todo eso, quien articula palabra, materia y deseo, es laartista, la que crea mientras se crea a sí misma.

Y la creación continua. Lo que el cuadro emana transforma los lugares, los renueva, y a su vez se nutre de lo que ahí transcurre; de los encuentros, las palabras, del tiempo y las miradas”

“Algo puro brota y se niega a ser definido. Se escurre como anguila ante palabras trilladas y nos empuja al precipicio constante del asombro y la magia. Nos empuja a ese lugar ‘donde nunca hemos estado’.

El lienzo como lugar de transformación
El deseo como espacio habitable
La Realidad como conquista

Intimidad Color y Movimiento

Me contactó para hacerle fotos a sus obras en su estudio de San Sebastián allá por el 2017. Años atrás visité el mismo edificio para dar un taller de fotografía en un piso más arriba y al terminar cuando ya bajaba por las escaleras me quedé mirando esa puerta azul ¿Qué habrá ahí dentro me pregunté por lo bajinis? Y me marché con esa intriga traviesa que alimenta almas hambrientas y curiosonas como la mía.

Cuando me quedo mirando algo unos segundos y me provoca una especie de ‘pausa silenciosa’, significa en mi ‘metadiccionario’ que algo ahí me está esperando para que lo descifre. Algo muy sutíl se queda en el aire latente.

Marian Jimeno

Cuando volví a la misma puerta 3 años más tarde y llamé al timbre, se dibujó una sonrisa picarona en mi cara y pensé ‘qué estará tramando el universo’.

Cada encuentro con Sargam ha sido y sigue siendo tan nutritivo y fecundo que continuamos trabajando y colaborando entrelazando nuestros proyectos. A través de la escucha y la palabra, un catálogo de imágenes brotan como caballos salvajes a golpe de pincel, texto, té, confesiones y silencio.

En sus abstracciones mi mirada se encuentra casi siempre con animales mutantes, para ser más exacta me remite a los Animales de Poder con cierto aire chamánico…

Es por eso que conecto con su obra

Una de las visiones más reveladoras que tuve a través del mural que creó en su estudio, La Pajarera, fue * “La panspermia”, ahí vinculé su obra con la sexualidad y desde una visión cosmogónica. Una especie de “eyaculación” serpenteante dinámica traviesa, juguetona y a su vez comprometida y honesta.

Una lluvia de semillas interactuando en una galaxia, aterrizando a golpe de pincel trazo a trazo hasta llegar al espacio más doméstico y cotidiano. Hasta tocar suelo. Allí los dioses al encuentro de lo simple. Allí diciendo, qué valientes estos miopes humanos, qué valientes que además de bajar hasta lo más denso se atreven a dibujarnos con lienzo y pincel en mano”

Josune Montón

“Hace muchos años me convocaba para que entre las dos pusiéramos los títulos de sus cuadros. Nos sentábamos frente a un cuadro a decir entre risas lo que nos sugería: una palabra, una frase, lo minúsculo, lo grande, lo absurdo, lo imposible. En aquél entonces el texto llegaba al final del proceso, ahora La Palabra está desde el Inicio, está en todo momento. Es Guía y a la vez es Camino. Siempre está ahí, a veces visible, a veces oculta, pintada o dibujada. Pero siempre dicha.

“Dicha. Hay una alegría profunda que lo impregna todo. Alegría dicha en cada cuadro, en cada dibujo y collage. Alegría de nombrar, generando eso que nombra. Alegría en risa fresca y en sonrisa de reconocimiento.
Me encuentro con lo inesperado expresado con una delicadeza que a veces estalla, con un vacío que es soporte del cuadro como si el lienzo fuera uno de esos mapas de misteriosas tierras sin explorar. Un universo creativo que une lo que yo nunca pensaría unido y separa lo que dentro mío va junto. Un universo que detona preguntas en mí, casi sin darme cuenta y casi sin pensamientos. Sencillamente se abre adentro mío una posibilidad, la de mirar desde unas gafas con una tintura diferente a la que conozco, que tiñen el mundo de otro color. Un color que aunque me es desconocido, reconozco”.

“Conozco a Sargam más de lo que conozco sus cuadros. De lo que solemos hablar cuando el tema es su arte, es del viaje que ella realiza hasta llegar a la concreción de un cuadro. Somos compañeras de Enseñanza desde hace 5 años, por eso compartimos el amor por el recorrido de cada una, más que por el objeto al que se llega por el recorrido.

Viendo sus pinturas, sentí la necesidad de escuchar música para conectarme más. Si Sargam fuera música, ¿cuál sería? Sin duda, música árabe”.

Laura Córdoba